No hay mayor heroísmo que el trabajo ordinario hecho extraordinario.
|
|
|
|
|
El Mundo visto desde Roma
¿Dónde está mi corazón? La observancia de la ley no es suficiente para ser buenos cristianos. Da escándalo un cristiano que va a misa pero no se comporta como tal
Ciudad del Vaticano, 30 de agosto de 2015 ( ZENIT.org)
El santo padre Francisco desde la ventana de su estudio que da a la Plaza de San Pedro, ante miles de fieles y peregrinos allí reunidos, recordó este domingo que la práctica exterior de los mandamientos y preceptos no son suficientes si no se hacen con el corazón y si uno no se abre al encuentro con Dios y su palabra, busca la justicia y la paz, ayuda a los pobres, a los débiles, y a los oprimidos.
«El evangelio de este domingo presenta una disputa entre Jesús y algunos fariseos y escribas. La discusión se refiere a la «tradición de los antepasados» (Mc 7,3) que Jesús citando al profeta Isaías define «preceptos humanos». Y que no deben nunca tomar el «mandamiento de Dios». Las antiguas prescripciones en cuestión incluían no solamente los preceptos de Dios revelados a Moisés, sino una serie de detalles que especificaban las indicaciones de la ley de Moisés.
Los interlocutores aplicaban tales normas de manera muy escrupulosa y las presentaban como expresión de la auténtica religiosidad. Por lo tanto reprenden a Jesús y a sus discípulos por la transgresión de éstas, en particular las que se refieren a la purificación exterior del cuerpo.
La respuesta de Jesús tiene la fuerza de un pronunciamiento profético: «Dejan de lado el mandamiento de Dios, por seguir la tradición de los hombres».
Son palabras que nos llenan de admiración por nuestro Maestro: sentimos que en Él está la verdad y que su sabiduría nos libera de los prejuicios.
¡Pero atención!, con estas palabras Jesús quiere ponernos en guardia, hoy, ¿no? del pensar que la observancia exterior de la ley sea suficiente para ser buenos cristianos. Como entonces para los fariseos, existe también para nosotros el peligro de considerar que estamos bien o que somos mejores de los otros por el simple hecho de observar determinadas reglas, costumbres, aunque no amemos al prójimo, seamos duros de corazón y orgullosos.
La observancia literal de los preceptos es algo estéril si no se cambia el corazón, si no se traducen en actitudes concretas: abrirse al encuentro con Dios y su palabra, buscar la justicia y la paz, ayudar a los pobres, a los débiles y a los oprimidos.
Todos sabemos, en nuestras comunidades, en nuestras parroquias, en nuestros barrios, el mal que hace ha Iglesia y el escándalo dado por aquellas personas que se dicen muy católicas, que van con frecuencia a la Iglesia, pero que después en su vida cotidiana descuidan la familia, hablan mal de los otros, etc. Esto es lo que Jesús condena, porque esto es un anti-testimonio cristiano.
Siguiendo en su exhortación, Jesús enfoca la atención en otro aspecto más profundo y afirma: «Ninguna cosa externa que entra en el hombre puede mancharlo; lo que lo vuelve impuro es aquello que sale del hombre».
De esta manera subraya el primado de la interioridad del ‘corazón’: no son las cosas exteriores que nos hacen santos o no santos, sino el corazón que expresa nuestras intenciones, nuestros deseos y el deseo de hacer todo por amor de Dios.
Las actitudes exteriores son la consecuencia de lo que hemos decidido en el corazón, y no lo contrario. Con actitudes exteriores, si el corazón no cambia, no somos verdaderos cristianos. La frontera entre el bien y el mal no pasa afuera de nosotros, sino más bien dentro de nosotros, de nuestra conciencia.
Podemos preguntarnos: ¿dónde está mi corazón? Jesús decía: tu tesoro está donde está tú corazón. ¿Cuál es mi tesoro? ¿Es Jesús y su doctrina? ¿El corazón es bueno o el tesoro es otra cosa? Por lo tanto es el corazón el que tiene que ser purificado y convertirse. Sin un corazón purificado, no se puede tener nunca las manos verdaderamente limpias y los labios que pronuncien palabras sinceras de amor, de misericordia y de perdón.
Pidamos al Señor, por intercesión de la Virgen Santa, de darnos un corazón puro, libre de toda hipocresía, este es el adjetivo que Jesús dice a los fariseos: ‘hipócritas’, porque dicen una cosa y hacen otra. Libres de toda hipocresía para que así seamos capaces de vivir según el espíritu de la ley y alcanzar su fin, que es el amor».
|
Cristianos en Rodaje
EL DEMONIO
He leído en algún sitio que el mayor triunfo del diablo consiste en que la gente de hoy le ignore. Nadie hace caso de él. Parece cosa de viejas. Todo lo más sirve como personaje cómico de alguna película, de alguna obra de teatro, de alguna novela de humor. Y así, como nadie le teme ni se acuerda de él, tiene Satanás la faena hecha. Puede actuar a mansalva. Nos pilla a todos desprevenidos. No habíamos pensado siquiera en el diablo, no habíamos contado con él, con ese arrinconado que se aprovecha de ese olvido en que está para actuar sobre las personas indefensas, atolondradamente indefensas.
Es serio esto del diablo. Ya ves si es trágico que la gente se haya olvidado de él, que la gente se ría cuando se le nombra como si se tratase de una superstición ridícula.
Convencidos de su existencia y de su poder, sigamos adelante.
Casi con seguridad puedes pensar que la mayoría de las tentaciones que tú tengas no te vienen del diablo. Discurre un poco y lo verás. Recuerda una tentación que hayas tenido recientemente. Intenta ver sus raíces. Las hallaras seguramente en tu carne o en el mundo. Esto es lo corriente en almas recién entregadas a Dios, que aun tienen que luchar a brazo partido con el lastre de la vida anterior, con un hábito de pecado causa de muchísimas tentaciones debidas al recuerdo de lo pasado.
Ahora bien, si has tenido una tentación, y luego, ya tranquilo, al examinarla honrada y completamente ves que no puedes atribuirla a una lectura, a una conversación, a una falta de modestia, a tu egoísmo, o tu afán de gloria, a tu comodidad, al mundo o a la carne, puedes conjeturar con ciertas probabilidades que esa tentación te viene del diablo.
He tenido algunas así. Sin una causa próxima razonable, quizá en el momento más augusto de la misa recogido y devoto, de pronto me ha sobrevenido un pensamiento horrendo, impío, blasfemo. No unas dudas, ni el recuerdo de algo pasado, ni el deseo de algo futuro. Una cosa nueva, generalmente burda, animal, que yo jamás he formado en mi imaginación, ni he leído, ni he escuchado. Viene de pronto, toda de golpe. No te la puedo repetir aquí ni deseo evocarla. Eso no nace de mí. Yo soy miserable, pecador, suelto de lengua, de manga ancha y todo lo que quieras; pero no soy tan bestial, tan grosero. No hay en mí estiércol suficiente para llenar semejante pozo negro. Eso es del demonio. Un diablejo anda cerca. Y me tira inmundicias.
También he presentido al diablo antes de un cursillo, por ejemplo. A veces se amontonan las dificultades, que llegan a parecer invencibles. Un rollista que se pone malo, otro que se va de viaje, otro que está a punto de ser padre, el rector con anginas, el director espiritual que se rompe un pie, la casa de ejercicios en plan de reparaciones… Y todo se acumula de vez.
Cuando ocurren cosas así es bueno pensar: «!Qué estupenda cosecha se prepara! ¡Qué cursillo tan fenomenal va a salir, cuando el diablo moviliza tantos efectivos para impedirlo! Algo habrá visto que le duele. Así que adelante, con más ganas que nunca…»
Fragmento del libro Cristianos en Rodaje
Valentín Galindo
Ediciones 4° Día
|
La palabra del Domingo
Domingo XXI del Tiempo Ordinario, Ciclo B, Marcos 7, 31-37
El evangelista Marcos dice que «le presentaron un sordo, que, además, apenas podía hablar; y le piden que le imponga las manos»:
- Hay que recordar que, dentro de la mentalidad sacral del pueblo de Israel, muchas enfermedades no se consideraban como un asunto fisiológico sino que se interpretaban como un castigo recibido por los pecados propios o por los pecados cometidos por los padres.
- Esta interpretación religiosa de un fenómeno natural no sólo era injusta sino que era causa de exclusión, pues quienes la sufrían eran rechazados por la comunidad.
- Jesús, al abrir los oídos y soltar la lengua a este hombre, le devuelve la salud y lo reintegra a la comunidad, superando así la exclusión de la que era víctima.
- A Jesús le habían pedido que le impusiera las manos, pero su gesto fue más lejos; nos dice el evangelista Marcos que «le metió los dedos en los oídos y con la saliva le tocó la lengua, y le dijo: Effetá (que en arameo significa «ábrete»)»
- La descripción pormenorizada de los gestos de Jesús y de la palabra aramea que pronunció nos sugiere que esta escena quedó gravada en la memoria de quienes la presenciaron, y el evangelista Marcos la pone por escrito muchos años después de haber vivido la experiencia.
Ciertamente nos impacta la sensibilidad de Jesús, quien se conmueve ante el drama personal de un sordomudo que vive en tierra de paganos. Pero no nos quedemos en el milagro histórico. Preguntémonos qué nos dice a nosotros, mujeres y hombres del siglo XXI:
- No sólo existen los sordomudos fisiológicos, que padecen esta limitación que les dificulta la comunicación con quienes los rodean. También existen los sordomudos culturales, incapaces de comunicarse con el entorno.
- Conocemos el infierno que se vive en muchas familias, donde no existe una comunicación serena entre la pareja, como tampoco entre padres e hijos. Las agresiones verbales y físicas son el pan de cada día.
- A pesar de que nuestra época es la edad de oro de los medios de comunicación y de que Internet ha revolucionado la forma como se trasmite la información, los seres humanos nos sentimos solos e incomunicados. Aunque vivimos inmersos en un océano de palabras habladas y escritas, los seres humanos nos sentimos terriblemente limitados para escuchar desprevenidamente a los demás y para expresar nuestra manera particular de ver la vida.
- Muchos factores bloquean nuestros oídos, y eso nos impide escuchar la voz de Dios que habla a través de los acontecimientos, y también nos impide percibir las necesidades de nuestros hermanos.
- Muchos factores bloquean nuestra lengua y por eso somos incapaces de pronunciar una palabra de perdón a quienes nos han ofendido y una palabra de optimismo para el que se siente triste.
|
Noticias del Secretariado
Objetivo del MCC en el sexto plan pastoral
«Impulsar la nueva evangelización a través del encuentro con Jesús, mediante el anuncio del kerigma a los hombres y mujeres líderes de las estructuras y ambientes de la diócesis de Guadalajara para que vayan y fermenten de evangelio sus comunidades, con una formación integral permanente de sus dirigentes, y el movimiento de cursillos de cristiandad en Cristo tenga vida».
Con el gusto de siempre y como cada semana por este medio nos hacemos presente con el fin de estar en una constante comunicación contigo y estés enterado de lo que en un movimiento como el nuestro está sucediendo.
Te recordamos que a finales del presente año celebraremos en nuestra casa dos segundas vivencias, una para damas como lo es la numero 13 y otra para caballeros que de acuerdo a su progración es la numero 18. Iniciaremos e inicia el gran trabajo de invitación a quienes consideremos le sea de utilidad y le dé continuidad de su cursillo. Se necesitan candidatos para que los presentes.
El objetivo de una segunda vivencia es lograr una autentica repesca para revitalizar a nuestro movimiento de cursillos, lograr nuevas reuniones de grupo, incrementar la espiritualidad de los dirigentes y por consecuencia en beneficio de nuestra escuela, pero sobre todo que quienes realizan este encuentro entiendan mejor lo que fue su cursillo y por lo tanto se logre esa gran finalidad como lo es ahora sí, ser unos verdaderos fermentos en sus ambientes.
El día de hoy se llevara a cabo el nombramiento de sus equipos de servicio y también el inicio formal de sus actividades de preparación. Pero también es cierto que también tú como dirigente de este MCC, tienes que involucrarte invitando a quienes consideres puedan asistir y por otra parte inicia tu palanca para que estos encuentros sean todo un éxito y unos verdaderos encuentros con ellos mismos, con Dios y con los hermanos.
RECUERDA………..TODOS SOMOS PRECURSILLO.
En esta semana se realizará el Cursillo No. 377 para Damas del 3 al 6 de Septiembre para que no falten tus oraciones para apoyar al equipo de colaboradores y a las nuevas cursillistas el equipo está integrado como sigue: Rectores Espirituales Pbro. Rigoberto González Sosa, Pbro. José Arturo Cruz Gutiérrez. Rectora: Olivia Dolores Muñiz de Pérez. Equipo: Viviana Guzmán Flores, Patricia Ramírez Briseño, Amelia Ríos de Bañuelos, Susana García Villalobos, Rebeca Angélica Hernández Vázquez, Leticia Bobadilla Vite, Cecilia Robledo de Anda, Andrea López Araiza.
Felicidades a quienes celebran su cumpleaños o algo especial:
01.- Sr. Cura Luis Flores Flores
03.- Octavio Cruz Terrazas
05.- José Luis González Arana
05.- Abraham Alberto Dueñas Sánchez Armas.
Intensifica tu oración por nuestros enfermos:
Juan Arón Hernández (Hijo de Tere Rodríguez)
Margarita Abundis Reos
Sra. Lidia Gómez Alvarez
J. Rodolfo Varo Padilla
Salvador Quintero Flores
Julia Amaral de Avila
Julio Silva Martínez
Guillermina Ramírez Fernández (Hna. De Socorrito)
Michel Viridiana Palomino V.
Gabriela García V.
Juan Paulo Ramírez Ortíz
Isabel Cristina y Ma. Eugenia (Hnas. De Pedro Aguilar)
Celina Amaral C.
Sergio Ricardo Amaral
Jesús Abundis (Papá de Mago)
Memo Mata
Adriana Shelly
Maribel Ramírez Luévanos
Luz Maria Cueva Hernández (C. 375)
Ma. Del Rosario Rodríguez Vallarta (C. 375)
Antonio Fabián Márquez
Sr. Cura Daniel Ramírez Quintana
Amparo Venegas Casas
Ma. Antonia Lemus Ramos
Clara Leticia Núñez Ramírez (mamá de Oli)
Norma Irene Orozco de Cámara
Sra. Valentina Buenrostro
Ricardo González Castellanos
Familia Castellanos González
Familia Castellanos Magaña
Andrea Camila Galván Torres
Eva Morán De la Torre
Thedy Aida Velasco Hernández
Margarita Calderón Ponce de León
Padre Ricardo de Santo Niño de Atocha
Luis Fernando Montes Sandoval
Emiliano Montes
Lula Pelayo
Nena Enciso
Rigoberto González
Carlos Castellanos
Roxana Lizaola
Si deseas que se pida por algún familiar o conocido enfermo, favor de acudir a nuestro Secretariado.
|
|
|
|