A M I S T A D

Pista de Despegue

  • La forma más profunda de convivencia es la amistad.
  • Ser amigo, es poder pensar la vida en voz alta.
  • La relación de amistad es la forma genuinamente humana y evangélica de comunicación entre los hombres; es comunicarse con el otro en tanto que es persona, no por sus cualidades concretas o su posición social, sino porque es él, porque es alguien.
  • La amistad podría resumirse en la doble afirmación de «estoy contento de que existas», «el mundo es más bello porque existes tú».
  • La amistad cristaliza mediante un proceso.
  • La amistad es lo que puede producir la poderosa energía que puede poner a los hombres que han de cambiar la realidad.
  • Lo cristiano, es el simple y definitivo gozo de ser amigo del cercano.
  • Si el hombre no tiene quien le aguante, no tiene aguante y se vuelve inaguantable.
  • Para hacer amigos: ver, hacer ver y conseguir que miren.
  • El Cursillo es el vehículo para una experiencia de identidad, un canto a la vida y un homenaje a la amistad.
  • La clave está en la identificación amistosa con uno mismo.
  • La amistad es creativa pero no es finalista, si se excluye su natural dinamismo a generar más amistad.

Ponencia Nº 4

La Amistad

El diccionario nos dice que es «afecto entre personas, puro y desinteresado, que nace de la mutua estimación, aprecio y simpatía».

Como siempre, el diccionario se refiere al concepto, lo que la cosa significa, pero es la misma vida la que nos dice lo que la cosa es.

Sin duda ninguna la maravilla del vivir, desde donde puede ser mejor captada y más valorada, es en el interior de la persona, y de ella la cualidad que más alegría le puede dar es su capacidad de entender, experimentar y contagiar la gozosa vivencia de la amistad.

La humanidad, en su constante avance, ha ido logrando descubrir e inventar multitud de cosas, pero ninguna de ellas ha podido superar todavía la alegría que causa a la persona el gozo de la amistad.

Los Amigos

Al hablar de la amistad se impone aclarar que existen dos concepciones distintas de ella: una cosa es el amigo que, aunque sea posible tener varios, no se puede olvidar que cada uno exige un trato particular, peculiar y distinto. En una palabra, hecho a su medida.

Y otra cosa son, en cambio, los amigos. Pero los amigos, en sentido genérico, palabra que, como tantas otras, ha experimentado cierta inflación y la consiguiente devaluación.

Hace poco tiempo el uso lingüístico y social, distinguía entre «conocidos» y «amigos». La primera de las palabras apenas ahora se usa porque todos quedan englobados en la segunda.

El «conocido» era la persona de la que se sabe muy por encima quien es, del que se conocen algunos detalles de su vida, se habla con ellos en determinadas ocasiones y se la trata superficial y eventualmente, pero nada más. Puede ser que exista hacia esa persona una vaga simpatía, pero no es sentida ni como necesaria ni como segura. Continue reading “A M I S T A D” »

«Una definición desacertada»

Alguien ha dicho que la Historia es una gran maestra y otros han dicho que es una fe de erratas. Sinceramente creo que para reflexionar sobre lo sucedido con el Movimiento de Cursillos de Cristiandad, nos podemos aprovechar de las dos cosas: de la experiencia de lo vivido y de que lo vivido nos sirva para ir tratando de enderezar y corregir lo que se hizo mal, o lo que a la distancia de lo ocurrido entonces, se comprueba que podría haberse hecho mejor. Con ello se puede ir logrando que el instrumento de los Cursillos de Cristiandad se vaya perfilando en su realidad, y afilando y afinando en su acertado empleo en orden a su específica finalidad, para disponerlo mejor de cada día y que así pueda ir cumpliendo con más eficacia su objetivo.

Hechos históricos – Lo que hoy llamamos Cursillos de Cristiandad, fueron concebidos por un grupo de seglares, y la idea, su finalidad, su estructura y la disposición de los rollos fue seglar y sólo seglar, ahora bien, cuando estos fueron presentados a la Jerarquía, le entregamos todos los rollos, notas y apuntes. Entonces, accediendo a nuestra petición, y porque entendíamos que necesitábamos sentirnos más Iglesia, pedimos que se nombrara, como así se hizo, unos sacerdotes, los cuales dicho sea en honor a su gran comprensión y a la libertad con que nos dejaron actuar, pudo conseguirse que el Movimiento de Cursillos tuviera una «infancia» feliz y sin mayores preocupaciones que las normales de un movimiento nuevo que rompía y sigue rompiendo muchos esquemas. Continue reading “«Una definición desacertada»” »

MANIFIESTO, LOS CURSILLOS DE CRISTIANDAD, REALIDAD AUN NO REALIZADA

Eduardo Bonnín y Francisco Forteza

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN.

HISTORIA Y LEYENDA.

EL PRINCIPIO DEL PRINCIPIO.

PRIMERAS REALIDADES.

DOS ENFOQUES DE LA FINALIDAD.

“NO ES ESO, NO ES ESO”.

CONCLUSIÓN.

INTRODUCCIÓN

(Elaborada y suscrita por el Secretariado Diocesano de Cursillos de Cristiandad de Mallorca)

Al prologar el texto «Los cursillos de Cristiandad, realidad aún no realizada», en el Secretariado Diocesano de Cursillos de Cristiandad de Mallorca nos sentimos gozosamente obligados a recordar que somos herederos directos de aquel primer Secretariado que en el mundo fué, designado en 1954, por el entonces Obispo de Mallorca, Monseñor Hervás, que reunía como Delegado Episcopal a D. Pedro Rebassa, como Director Espiritual a D. Juan Capó, como Presidente a Pedro Sala, como Vocal de Hombres a Gabriel Estelrich y como Vocal de los Jóvenes a Eduardo Bonnín.

Aquel Secretariado fué un paso esencial en la Historia de los Cursillos. Significó el despegue del Movimiento respecto de la Acción Católica, fermento primero y cobijo hasta entonces de los iniciadores de los Cursillos. Significó también, a través de su entronque con la Jerarquía y de su funcionamiento autónomo, que la Iglesia reconocía y asumía el Movimiento en su integridad y con su singularidad. Era una nueva expresión del apoyo que Monseñor Hervás, dio desde su llegada a la Isla, a las inquietudes seglares que después se narran en el nuevo escrito de Bonnín – Forteza. La presencia pastoral y el apoyo humano y doctrinal del Dr. Hervás, fueron tan decisivos en las primeras horas como después lo serían sus documentos y muy singularmente su Obra «Los Cursillos de Cristiandad, instrumento de renovación cristiana». Continue reading “MANIFIESTO, LOS CURSILLOS DE CRISTIANDAD, REALIDAD AUN NO REALIZADA” »

EL PORQUÉ DE LA NAVIDAD


Érase una vez un hombre que no creía en Dios. No tenía reparos en decir lo que pensaba de la religión y de las festividades religiosas, como la Navidad.
Su mujer, en cambio, era creyente y criaba a sus hijos en la fe en Dios y en Jesucristo, a pesar de los comentarios desdeñosos de su marido.
 
Una Nochebuena en que estaba nevando, la esposa se disponía a llevar a los hijos al oficio navideño de la parroquia de la localidad agrícola donde vivían. Le pidió al marido que los acompañara, pero él se negó.

-¡Qué tonterías! -arguyó-. ¿Por qué Dios se iba a rebajar a descender a la Tierra adoptando la forma de hombre? ¡Qué ridiculez!
Los niños y la esposa se marcharon y él se quedó en casa.

 
Un rato después, los vientos empezaron a soplar con mayor intensidad y se desató una ventisca. Observando por la ventana, todo lo que aquel hombre veía era una cegadora tormenta de nieve. Y decidió relajarse sentado ante la chimenea.

Al cabo de un rato, oyó un gran golpe; algo había golpeado la ventana. Luego, oyó un segundo golpe fuerte. Miró hacia afuera, pero no logró ver a más de unos pocos metros de distancia. Cuando empezó a amainar la nevada, se aventuró a salir para averiguar qué había golpeado la ventana. En un campo cercano descubrió una bandada de gansos salvajes. Por lo visto iban camino al sur para pasar allí el invierno, y se vieron sorprendidos por la tormenta de nieve y no pudieron seguir. Perdidos, terminaron en aquella finca sin alimento ni abrigo. Daban aletazos y volaban bajo en círculos por el campo, cegados por la borrasca, sin seguir un rumbo fijo. El agricultor dedujo que un par de aquellas aves habían chocado con su ventana.

Sintió lástima de los gansos y quiso ayudarlos.
-Sería ideal que se quedaran en el granero -pensó-. Ahí estarán al abrigo y a salvo durante la noche mientras pasa la tormenta.

Dirigiéndose al establo, abrió las puertas de par en par. Luego, observó y aguardó, con la esperanza de que las aves advirtieran que estaba abierto y entraran. Los gansos, no obstante, se limitaron a revolotear dando vueltas. No parecía que se hubieran dado cuenta siquiera de la existencia del granero y de lo que podría significar en sus circunstancias. El hombre intentó llamar la atención de las aves, pero solo consiguió asustarlas y que se alejaran más.

Entró a la casa y salió con algo de pan. Lo fue partiendo en pedazos y dejando un rastro hasta el establo. Sin embargo, los gansos no entendieron.
 
El hombre empezó a sentir frustración. Corrió tras ellos tratando de ahuyentarlos en dirección al granero. Lo único que consiguió fue asustarlos más y que se dispersaran en todas direcciones menos hacia el granero. Por mucho que lo intentara, no conseguía que entraran al granero, donde estarían abrigados y seguros.

-¿Por qué no me seguirán? -exclamó- ¿Es que no se dan cuenta de que ese es el único sitio donde podrán sobrevivir a la nevada?
Reflexionando por unos instantes, cayó en la cuenta de que las aves no seguirían a un ser humano.

-Si yo fuera uno de ellos, entonces sí que podría salvarlos -dijo pensando en voz alta.
Seguidamente, se le ocurrió una idea. Entró al establo, agarró un ganso doméstico de su propiedad y lo llevó en brazos, paseándolo entre sus congéneres salvajes. A continuación, lo soltó. Su ganso voló entre los demás y se fue directamente al interior del establo. Una por una, las otras aves lo siguieron hasta que todas estuvieron a salvo.

El campesino se quedó en silencio por un momento, mientras las palabras que había pronunciado hacía unos instantes aún le resonaban en la cabeza:
-Si yo fuera uno de ellos, ¡entonces sí que podría salvarlos!

 
Reflexionó luego en lo que le había dicho a su mujer aquel día:
-¿Por qué iba Dios a querer ser como nosotros? ¡Qué ridiculez!

De pronto, todo empezó a cobrar sentido. Entendió que eso era precisamente lo que había hecho Dios. Diríase que nosotros éramos como aquellos gansos: estábamos ciegos, perdidos y a punto de perecer. Dios hizo que Su Hijo se volviera como nosotros a fin de indicarnos el camino y, por consiguiente, salvarnos. El agricultor llegó a la conclusión de que ese había sido ni más ni menos el objeto de la Natividad.

Cuando amainaron los vientos y cesó la cegadora nevada, su alma quedó en quietud y meditó en tan maravillosa idea. De pronto comprendió el sentido de la Navidad y por qué había venido Cristo a la Tierra. Junto con aquella tormenta pasajera, se disiparon años de incredulidad. Hincándose de rodillas en la nieve, elevó su primera plegaria: «¡Gracias, Señor, por venir en forma humana a sacarme de la tormenta!»
Con este relato, les deseo con cariño una felicísima Navidad en la que el Niño Jesús les colme de bendiciones.

Javier López
Web Católico de Javier

EL BURRITO

En la biografía del padre Jaime Piulachs, S.J. «Un jesuita rebelde», su autor, mosén José Ricart, recoge retazos de la correspondencia del santo jesuita que no tienen desperdicio. Entre ellos, las siguientes líneas escritas en una postal con la fotografía de… un burro, enviada desde Cavallers en agosto de 1967. Según mosen Ricart, encierran el «secreto» del padre Piulachs, «su especie de  testamento».

 

(..) es de un amigo mío (la foto de la postal) muy edificante y al que mucho me gustaría imitar en muchas de sus virtudes. Siempre calla (fuera de algún rebuznillo); nunca se queja, no tiene pretensiones de caballo; carga con todo como lo que es, como un burro. Cuando la gente quiere insultar a otro le dicen su nombre y él no se molesta: le da un comino; se ve que aprendió aquello de «oprobios, injurias, afrentas, etc.» Es el más humilde de los animales. Y por humildad, mereció estar con Jesús: en su nacimiento, en su huída a Egipto, llevándolo encima en los momentos duros de la persecución; y después en los gloriosos de la entrada en Jerusalén; y en esos momentos de gloria y de palmas y de andar sobre vestiduras, no se envanecía, porque sabía que esto no era por él sino por el que llevaba encima: él no era sino el borriquito de Jesús. Pidamos al Señor que nos haga también esta gracia a nosotros.

Texto obtenido de la Revista Ave María, nº 656 Agosto-Septiembre de 2000

P.S. EN REALIDAD NO CREO QUE VOY A PODER IMITAR AL BURRITO DEL CURA.

COMENTARIO SOBRE LA DEFINICIÓN DEL MOVIMIENTO DE CURSILLOS SEGÚN IDEAS FUNDAMENTALES

Eduardo Bonnín

Al fluir del mismo vivir y al valor que el hombre de hoy valora, se pueden detectar en ella resonancias imperiales de un cristianismo trasnochado, que hoy por hoy tan sólo se creen sumisos y chatos «hombres de iglesia», pero que no sirven para ser los que, una vez convencidos y entusiasmados por el Cursillo, pueden dar testimonio de una Iglesia viva entre los hombres que les potencie sus cualidades para vivir su vida en plenitud, mostrando en su actitud natural, humana y por natural y humana, atractiva y contagiosa para fermentar de Evangelio los ambientes donde es desconocido o mal conocido.

Hoy la realidad marca un rumbo distinto del que señala la definición.

Se tiene que partir del mundo real, no de abstracciones teológicas estratosféricas, que aunque muy verdaderas, solamente pueden llegar a la persona normal hechas vida viva en quien las vive.

El objetivo preferente, aunque no exclusivo, tienen que ser los alejados.
Se ha de procurar que a cada uno le llegue el mensaje, pero en manera alguna se tiene nadie que inmiscuir* en la personal reacción que el mensaje le produzca. Continue reading “COMENTARIO SOBRE LA DEFINICIÓN DEL MOVIMIENTO DE CURSILLOS SEGÚN IDEAS FUNDAMENTALES” »