-¿Por qué no se lo preguntas al que la descubrió para los Cursillos?. Se llama Guillermo Estarellas y viene siempre a la Ultreya. A partir de entonces se tuvo la feliz ocurrencia de simbolizar la gracia de Diioscon los colores que nos alegran la vida.
– El próximo día me gustaría que me lo presentaras. Ahora quisiera hacerte una última pregunta: ¿la Ultreya y la Reunión de
Grupo, crees que son indispensables?
– Todo depende de cual sea tu propósito. El Cursillo, los tres días, son sólo el principio de un camino. Si tú quieres recorrerlo necesitas de la amistad y la compañía de otros que también quieren recorrerlo. Esta amistad y compañía se concretan en la Ultreya y Reunión de Grupo semanales. Dios está contigo cuando concretas tus propósitos y, en cambio, el diablo nos tienta siempre con abstracciones y divagaciones teóricas. Si quieres saber cómo lo veo personalmente, te diré que la experiencia de mi amistad con el Señor Jesús y con los hermanos sostienen el núcleo de la fe que da sentido a mi vida.
– ¿Y qué pasa si uno no hace reunión de grupo ni asiste a la Ultreya?
– En Cursillos decimos que no hacer algo que deberíamos hacer sólo se puede suplir por la pena de no poder hacerlo. Quiero decir con esto que, si hay circunstancias personales, laborables o familiares que imposibilitan la asistencia, el ingenio de cada uno encontrará la manera de suplir estas ausencias con la ayuda de los amigos del Cursillo o la Ultreya.
– ¿Y si no se asiste porque no hay suficiente interés?
– En este caso, si los tres días del Cursillo se consideran un objetivo en sí mismos y se olvida el cuarto día, lo más probable es que su recuerdo se vaya diluyendo con el tiempo y se conserve sólo como un grato momento de amistad y compañerismo que ha tenido escasa influencia en la vida. Ten en cuenta, como ya te dije, que el Cursillo se hace primordialmente para que haya personas dispuestas a hacer Reunión de Grupo y convivir en las Ultreyas, y no se hacen Reuniones de Grupo y se celebran Ultreyas para enviar personas a Cursillo. Para muchos, el Cursillo es un empujón decisivo para emprender el camino que nos lleva a sentirnos amados por Dios, pero sería presuntuoso y falso decir que es el único camino posible.
– O sea, que el Cursillo reducido a tres días es sólo un principio.
– Exactamente. Lo has dicho muy bien. Como decía Fernando Bonnín, el hermano de Eduardo, los hay que del Cursillo sólo se llevan un recuerdo, algo que ha llamado su atención, como si fuera un florero o un cuadro, (una amistad, una idea) Al principio lo colocan en un lugar destacado de su casa, pero después, a medida que se va recubriendo de polvo, lo van olvidando, hasta que un día termina en el baúl de los recuerdos, a no ser que una circunstancia que sacuda su ser le haga recobrar actualidad y se acuda a él como un recurso para dar sentido a una situación imprevista. Siempre es posible que estos cursillistas inicien en cualquier momento de su vida la conversión que dejaron de hacer cuando tuvieron la oportunidad del Cursillo, como una resonancia del mismo; aunque yo creo que este es un camino ocasional y que siempre será mejor empezar seriamente a partir del Cursillo.
– También me lo parece a mí – contestó Miguel con una sonrisa de asentimiento mientras se despedían.